El ajedrez y la toma de decisiones

Sin importar el lugar, la hora o la edad en la que nos sentamos frente a un tablero de ajedrez, nos encontraremos frente a la disyuntiva y la certeza de saber que al final ganaremos o perderemos. Es el final inevitable al que todo ajedrecista se enfrenta cuando ya conoce las reglas básicas del juego.





Los educadores tenemos la tarea de desarrollar el hermoso arte de este deporte/ciencia como metodología de enseñanza y aprendizaje, vinculando el juego más allá de su objetivo que es destruir al enemigo al de fortalecer las capacidades que se hallan inmersas en su proceso.

Para una persona que nunca se ha sentado frente a un tablero de ajedrez, una anotación como “!!”; “#” o simplemente “0-0-0”, son simplemente letras y números sin sentido, sin embargo, para un niño que ha comenzado a establecer un vínculo más cercano con el juego del ajedrez, son sensaciones y emociones muy poco comparables con
cualquier otro sentimiento.


La implementación del juego del ajedrez en la educación formal de un país, a nivel general más allá de la metodología que se utilice, produce enormes beneficios al desarrollo del pensamiento abstracto. Y con esto no se quiere decir que un niño se vuelva más inteligente, pero el juego del ajedrez desarrolla capacidades mentales superiores como el análisis, la proyección, memoria y muchos más que ayudan a las personas en su cotidianidad a la hora de tomar decisiones.

Una de las decisiones más acertadas que un maestro especialmente en el nivel primario puede llegar a tomar es justamente la enseñanza y la promoción del juego del ajedrez, ya que no solamente está enseñando a jugar un juego, sino que está enseñando a tomar decisiones.

El ajedrez puede llegar a ser simplemente un juego, como también puede llegar a convertirse en toda una batallade la vida, dependerá de como lo enfoquemos como maestros.
Más allá de sólo enseñar a jugar el ajedrez como maestros, metodológicamente hablando estamos desarrollando capacidades mentales superiores que ayudarán a los niños en su diario vivir cuando asumen las consecuencias de la toma de decisiones. Como maestros siempre tendremos la responsabilidad ante la sociedad, de rendir cuentas no del conocimiento que adquirió una persona, sino de las capacidades que desarrollamos en ella,. No sólo enseñemos conocimientos, enseñemos a tomar decisiones; e4.